ya no era una niña

y sin embargo...

conservaba: la capacidad de asombro
se olvidaba de todo: mirando un panadero, una flor
y cualquier pelusa que vuele
jugaba: todo el tiempo que podía
quería: todos los dulces, todos los abrazos, conocer la nieve y la selva
usaba: perfume de vainilla
trataba: de colorear, colarse en los techos y cantar dos por tres
bailaba: a escondidas
miraba: el cielo, las nubes, las luces
besaba: todavía con inocencia
tenía: secretos y diarios íntimos
lloraba: menos de lo que reía, y viceversa
imaginaba: un mundo bien bonito

y no podía evitar: que algunos niños la asusten.