Directora de mi propia obra, escritora de mi guión,
mejor actriz de mi reparto...

maquilladora, iluminadora, sonidista y hasta en los ratos libres vendo las entradas en mi boletería. Barro la sala cuando termina la función y el escenario también, nadie conoce tan a fondo los recovecos de la escenografía y no es por sacarme cartel pero la diseñé yo...

y las críticas lo dicen “individualista” “egoísta” “la peor”
comedia, drama y acción del año...

y vieron como son los críticos... algunos jamás entraron a mi teatro,
otros jamás vieron de cerca mi obra, y la mayoría jamás escucho las penas del backstage; ni una sola entrevista, ni un solo recuento en la venta de entradas, nada...
pero juzgan y opinan; y otros tontos (tantos quise decir),
los de la fast-food se quedan con esa opinión.

También andan por ahí:

· un puñado de ex-actores resentidos que perdieron su objetividad junto con su trabajo;
· algunas nenas caprichosas que quieren que uno les muestre la obra que ellas quieren ver y no otra;
· y unos pocos espectadores fieles, esos que no se quejan de las funciones suspendidas sin aviso, ni de los cambios constantes en el precio y los horarios...

esos que se quedan hasta el final aunque la obra sea patética.

(gracias a la familia herranz -2579 cementerio del Buceo- que me aguanto la cabeza mintras escribía este post)