ami - Enrique Barrios
cápitulo 13 - una princesa azul
"(...) Sentada sobre los almohadones estaba "ella". La sentí cercana, inmensamente cercana; sin embargo, era la primera vez que íbamos a encontrarnos, luego de muchísimas vidas.
No nos miramos a los ojos, queríamos alargar los momentos previos, no había que apresurar nada, tantos eones habíamos esperado ya...
Hice una reverencia, a la que ella respondió sutilmente, con un leve movimiento de su cabeza. Entré, nos comunicamos, pero no con palabras, hubiera sido demasiado vulgar, poco armonioso con ese mundo y con aquel encuentro tan anhelado. (...)
-¿Quién era esa mujer? Siento que nos amamos, incluso ahora.
-Cada alma tiene un único complemento, una "mitad". (...)
-¿Tú la conoces; sabes quién es?
-Tal vez... pero no te apresures, Pedro, recuerda que la "paz-ciencia" es la ciencia de la paz, de la paz interior. No quieras abrir antes de tiempo un regalo sorpresa. (...)
-¿Cómo la reconoceré?
-No con la mente, no con el análisis, no con el prejuicio ni con fantasías; sólo con tu corazón en perfecta armonía con tu intelecto, es decir, con sabiduría.
-Pero ¿cómo?
-Observate siempre, especialmente cuando conozcas a alguien que te atraiga, pero no confundas lo externo con lo interno; no confundas las ideas de tu mente, los deseos, tus fantasías, la moda, la conveniencia ni tus prejuicios con lo que siente de verdad tu corazón. "