pies descalzos
resulta que, luego de unas cuadras me comenzó a molestar andar descalza, no por las miradas acusadoras de los/as adictos/as a las convenciones sociales, sino porque mis pies, domesticados, comenzaron a dolerme del roce del asfalto, de pisar piedritas, palitos, y todo lo que cubria el suelo...
la sensación de molestia y dolor no habían terminado de instalarse en mi cerebro para que yo pudiese elaborar un pensamiento "queja" cuando se presentaron, unos metros delante de mi, solos y en el mismísimo medio de la callecita un par de championes...
la risa fue instantánea, mire hacia todos lados, y hacia el cielo también, al parecer no había nadie... me acerqué, puse mi pie junto a uno de ellos y eran casi casi de mi número...
esa mañana tibia confirmé, una vez más que algo/alguien me cuida
y que si camino detrás de mi corazón nada falta, nada molesta y nada duele...